Centro América es la región más violenta del mundo: “una situación que se ha cocinado a fuego lento con ingredientes tan complejos como la corrupción, el narcotráfico, la impunidad y las pandillas”. El fotoperiodista Edu Ponces nos guía en Piedra de Toque por los hospitales públicos de Honduras a través de su último trabajo para poner la mirada en las “últimas víctimas” y en los héroes anónimos que asumen el papel del Estado para salvar, atender y dar un trato digno a los más pobres. “Los médicos, jóvenes universitarios todavía sin título, se convierten en héroes anónimos que deben pedir a las familiares que compren la anestesia antes de atender a un herido de bala, fabricar algodón con los pañales y trabajar sin miedo entre tiroteos comenzados en las calles y prolongados en los hospitales”. Escucha la entrevista y descubre puntos de luz hasta en los lugares más oscuros del planeta.
La situaciones que se viven en los hospitales públicos de San Pedro Sula y Tegucigalpa son terribles: jóvenes universitarios deben atender a diario a víctimas de tiroteos y machetazos sin ningún tipo de medios. Ellos se encargan de pedir a las familias que compren la anestesia, fabricar el algodón y mantener el pulso firme cuando los tiroteos se producen en los pasillos. Así es la capacidad del ser humano: genera las situaciones de violencia más terribles y ofrece puntos de luz donde nadie se lo espera. Centro América necesita de estas generaciones para dejar de ser la capital de la violencia.