«Me daban menos miedo los morteros que caían a diario que los hombres con los que compartía mi comida».
En Irak han luchado y han muerto más mujeres que en ninguna otra guerra desde la II Guerra Mundial. Y el principal enemigo de todas ellas estaba en su propio bando, sus camaradas. Así lo recogen los estudios realizados por el Departamento de Veteranos de Guerra en los que indican que el 30% de las mujeres han sido violadas mientras servían en el Ejército por sus propios compañeros, el 71% han sido agredidas sexualmente y el 90% acosadas.
Y así lo han relatado cuarenta mujeres a la profesora de periodismo de la Universidad de Columbia Helen Benedict en el libro El soldado solitario: La guerra privada de las mujeres sirviendo en Irak. De esas 40, 28 fueron violadas, agredidas sexualmente o acosadas. Entonces se entiende que el sonido incesante de los morteros diera a Chantelle Henneberry menos miedo que el ruido de las pisadas de un compañero con el que iba a compartir las largas horas de guardia.
«Para los soldados una mujer es sólo una de estas tres cosas: un bicho, una puta o una lesbiana». N0 sé qué opinará de todo esto la ministra española de Defensa.
Foto: Reuters