Desde Egipto a Bangok. El sábado pasado en nuestro viaje sonoro recorrimos la ruta de la seda en bicicleta: 17 países en 14 meses. Más de 13.000 km, 100.000 metros de desnivel ascendidos, 400 días en rutas y 800 horas a lomos de este «caballo de metal». Éste fue el viaje que realizamos junto a Iñigo de Gasteiz. No dudó en lanzarse a estre proyecto después de experimentar las posibilidades que ofrecía viajar por el mundo a ritmo de pedal. Sus primeras escapadas fueron por Cuba y a través de Transiberiano. Las conferencias de viajes a las que asistió en Gasteiz, las culpables de este proyecto.
«Viajando de este modo te sientes rico. No tienes nada que envidiar a nadie. La libertad que te aporta no depender de nadie, poder adentrarte por dónde quieras, dorimir en cualquier lugar…». A lo largo de esta aventura, realizada junto con su compañero Aitor, que continúa su «terapia» por Indonesia. «Los viajes enganchan. Te ayudan a abrir la mente, a relativizar tu vida».
Ocho horas detenido en Palestina. La ruta solidaria del sábado pasamos la realizamos através de los campos de asentamiento de Palestina de la mano del cooperante Eneko Calle. «Los jóvenes Palestinos viven entre el hastío, la impotencia y la rabia». La cantidad de controles policiales que tenen que atravesar cada día hace que muchos niños abandonen los estudios al no poder desplazarse con normalidad a sus escuelas, casas o luegares de formación. Una realiadad que lejos de alimentar la esperanza, alimenta el ambiente de violencia en la zona.
Eneko trabaja ahora con el Centro Cultural Palestino Biledi y Paz con Diginidad para acercar esa realidad a las asociaciones y movimientos sociales de Euskal Herria. «Desde aquí se puede hacer mucho por esta gente. Basta con conocer su situación», asegura. Por eso han creado un Seminario sobre Derecho Internacional y Humanitario en Palestina.
Este sabado más viajes, nuevas rutas, nuevas culturas.