Honduras continúa sumergido en un clima de crimen e impunidad que no hace más que generar más muertes. Ayer fallecieron 17 trabajadores en San Pedro Sula, capital financiera del país, al ser tiroteados por una banda de hombres armados con fusiles Ak-47. Los trabajadores rondaban los 17 y 24 años. Entre los fallecidos un joven relacionado con la mara M18, la misma que asesinó a Poveda hace ahora un año.

La investigación policial se niega a ofrecer información. El estrecho camino que separa en el país al crimen organizado, narcos y corrupción policial hace que todo quede en el aire, sin ser juzgados. Y son ya 1o los periodistas asesinados en lo que va de año.  Casi mejor no preguntar. Casi mejor ni firmar la información. Muchos de ellos están también relacionados con el crimen organizado pero otros no, otros están relacionados con el derecho a la información, con la libertad de expresión, con el ejercicio de su trabajo. Y las cifras siguen subiendo. Nuevos mártires de la comunicación.

Unai Aranzadi lo denuncia en su facebook: «EL PAIS trae la noticia al final de su sección de América Latina, por debajo de la noticia 3.167 del «disidente» Fariñas en Cuba u otras de fútbol en América. ¿Qué es la violencia?, ¿Unai es violento por dar la chapa sobre Honduras?, ¿EL PAIS es demócrata por esconder lo que sucede en Honduras?…»

Y anuncia la preparación de un documental y un largo reportaje. «El problema es que el de Honduras es un tema que no quiere tocar nadie. Ni RSF se mete con todo, ni la prensa española se mete con nada. Y luego, cuando publicamos en medios considerados radicales, que son los únicos que lo quieren publicar, nos llamarán terroristas». Sin duda, Unai encarna los valores del nuevo reporterismo. El Kapuchinscky del siglo XXI debe buscar medios alternativos, independientes para llevar su trabajo con el rigor que merece. Adelante.

Mi paso por Honduras tan sólo fue de tres semanas y una de ellas con brigadistas financiados por el Alba y Chavez para apoyar a La Resistencia en su camino hacia la revolución. Una experiencia agridulce después de conocer la situación de las aldeas donde los jóvenes dan el salto al campo al no tener oportunidades de seguir estudiando ante tanta huelga de profesores. Y es que el sindicato de profesores lidera La Resistencia. Al dar el salto al campo también lo hacen a las calles, a las maras, al narcotráfico… Hondures sufre el crimen y la impubidad en silencio.