La villa asturiana de Colombres, concejo de Ribadedeva, ha disfrutado durante los últimos 12 meses del título de Pueblo Ejemplar 2015 otorgado por la Fundación Princesa de Asturias. Superó a los otros 17 candidatos por su esfuerzo en “conservar y enriquecer el legado de los emigrantes asturianos” hasta convertirlo con orgullo en “elemento dinamizador de la cultura, economía y sociedad”. Esta huella de la historia se puede conocer de forma atractiva al pasear por sus calles, hablar con sus vecinos y contemplar sus casas. Recorremos El Museo del Emigrante, la ruta por las casonas de indianos y el enclave natural que le rodea -con la cercana playa de La Franca, las cuevas del Pindal y la Sierra de Cuera– para caer en la cuenta de que Colombres sintetiza también de un modo ejemplar lo mejor del pasado y del presente asturiano.
“El título lo hemos vivido como un homenaje a todos los emigrantes que han tenido el valor de huir de la pobreza sin importarles los riesgos del camino”
Habla el alcalde de la localidad, Jesús Bordas, impresionado por el interés suscitado por la Villa tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. “Colombres se ha convertido ya en un símbolo para todos los descendientes de asturianos en América y para todos aquellos que entre 1880 y 1930 emigraron con tan sólo una maleta de cuero en busca de nuevas oportunidades a Cuba, México, Chile o Argentina”, matiza el director del Archivo de Indianos y Museo de la Emigración, Santiago González Romero sorprendido también por la cantidad de nuevos testimonios que les han llegado durante estos meses. La ilusión de todos pasa ahora por transmitir con éxito “la dimensión gigantesca del movimiento migratorio” que va más allá de las casas regionales, de los triunfos y de los fracasos.
Y basta con recorrer las diferentes plantas y salas de la “Quinta Guadalupe” para conseguirlo. Esta casa palacio acoge desde 1987 la sede de la Fundación Archivo de Indianos y al Museo del Emigrante. Construida para la ostentosidad en 1906 por orden del asturiano Iñigo Noriega Laso afincado en México, ofrece ahora la oportunidad de conocer cómo viajaron, se organizaron y vivieron los más de 300.000 asturianos que embarcaron a las américas huyendo del hambre, la guerra y el servicio militar obligatorio.
La última sala habilitada habla sobre la emigración a Chile. Hasta 250 descendientes de asturianos regresaron a Colombres el pasado 4 de agosto de 2016 para inaugurarlo. Entre ellos, los hijos de Paulina Caudriello Díaz que tras la Guerra Civil viajó sola a Chile en mayo de 1964. Con los pocos ahorros guardados compró una máquina de coser de la que creó después una fábrica textil con más de 100 empleadas. Los chilenos trajeron con ellos hasta 220 kilos de testimonios para el Archivo como la maleta de cuero con la que viajó Cuadriello y aquella primera máquina de coser.
Nosotros no. Nosotros llegamos sólo con ganas de descubrir qué ha convertido a Colombres en un ejemplo y poco a poco lo vamos comprendiendo. Tras asomarnos a los cientos de recuerdos, testimonios e historias del Museo, nos lanzamos a recorrer las calles del pueblo y a unir las 11 casas de Indianos, como se conoce a los que viajaron a América y triunfaron. Nos acompaña el guía Vicente Rico, un gran embajador de esta tierra a la que llegó por primera vez con 18 años desde Madrid y a la que ahora, jubilado y de manera desinteresada, devuelve todo lo que le ha aportado promoviendo sus atractivos turísticos, su Feria de Indianos y sonriendo a todo el que se cruza con él.
- Puedes leer el reportaje completo en el número de octubre de la revista Ronda de Iberia en el que lo publico con las fotos de Oscar Larzabal.