La frontera de Hungría deja a los refugiados en manos de las bandas de contrabandistas. La fuerte presencia policial, la saturación de los campos de refugiados y el cansancio de llevar semanas de viaje provoca que muchos refugiados escapen entre maizales de la policía y avancen en taxis de contrabandistas a 250 euros la carrera hasta Budapest.
«Me llamo Hassan, tengo 18 años y vengo de Irak. No quiero que la policía me tome mis huellas, quiero llegar hasta Finlandia para huir de la guerra».
El periodista independiente Sergi Cabeza conecta en directo con nosotros para mostrar la situación que sufren los miles de refugiados que llegan a diario a Hungría camino de Alemania. Escuchamos su testimonio y quedamos en silencio.
Escucha la entrevista y pon rostro a las 350.000 persona que ya han entrado a Europa en busca de una vida en paz.