Abrimos en Piedra de Toque una ruta solidaria a la RD del Congo, a Kivu Este, siguiendo la huella del Athletic de Luwiro. Un equipo de fútbol en el que sus jugadores abren todos los días a golpe de balón un paréntesis en sus vidas para divertirse, llenarse de ilusión y sentirse pertenecientes a un grupo. Entonces se entiende que ninguno falle a la cita aunque tenga que caminar durante horas por la selva. Y es que han nacido en un país en guerra donde todos los días el ejército y los rebeldes se cruzan con armas cerca de sus casas y donde la violación hace tiempo que se convirtió en una práctica habitual no sólo como arma de guerra. “Frente a la dureza de sus vidas, el fútbol como motor de ilusión para la vida”.
En este contexto trabaja la ONG Coopera desde el Congo y con estas fórmulas trabajan con 400 jóvenes entre los que destacan los equipos de fútbol Athletic de Luwiro y Corazón de León, ambos con las equipaciones conseguidas gracias a la Fundación Athletic.
Seguimos las huellas de David Chimeno, director de la ONG, al que entrevistamos a lo largo del verano. Ahora recupero y comparto con todos para recorrer los países en los que trabaja Coopera: Senegal, Costa de Marfil, Angola y Mali.
“Muchos veces nos preguntan cómo se encuentra la guerra de nuestro país. Piensan que es algo habitual en todo el mundo. Impresiona cómo conviven con ella y cómo luchan por no perder la sonrisa”.
A lo largo de la entrevista conocemos todos los proyectos que desarrollan como el Centro de Investigación de Ciencias Naturales, Centro de Recuperación de Primates, la Escuela de guardas del Parque Nacional, El Centro de Gorilas… “El futuro de ese país pasa por los recursos naturales de Lwiro. Si acaban con todo por hambre, ocurrirá como en Burundi que tras la guerra, no les ha quedado nada”.
Una simple camiseta, devuelve la infancia de estos niños
Esos niños cantan con ese entusiasmo como forma de agradecimiento. Es real. Los ves con esos ojos chispeantes al entregarle la camiseta del Athletic. Un detalle sencillo que para ellos significa mucho. Llevar esos colores, tener un entrenador que les exija. Eso sí, juegan descalzos. Y a pocos metros hay un hospital de niños desnutridos.
La violación convertida en práctica habitual
La violación de mujeres se ha convertido en una práctica habitual porque los militares lo han utilizado como una arma más. Nadie lo denuncia y ha quedado como algo habitual. No sólo una cuestión de los militares. Ha calado en la sociedad. Cuándo alguien tiene ganas, viola. El camino al mercado es ahora todo un infierno para muchas mujeres, niñas y también niños.