Pablo Zulaica fue el invitado de la semana pasada en Piedra de Toque. Con él viajamos por la ciudad de México a través de los Acentos Perdidos, un blog que comenzó hace ahora casi dos años y que le ha llevado a una aventura que todavía no ha hecho más que empezar. Todo comenzó en una lluvia de ideas en la agencia de publicidad en la que trabajaba como creativo en México. Propuso una campaña de marketing de guerrilla para acentuar todos aquellos carteles que estuvieran mal escritos o incurrieran en alguna falta ortográfica. En cada cartel pegaría una pegatina con la falta que cometía. Y abrió un blog para colgar una foto con cada acento que colocaba. Lo que empezó como una idea personal, acabó siendo todo un movimiento que se expandió por medio mundo. Ahora mismo existen blogs hermanos por: Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, EEUU, Perú, República Dominicana, Puerto Rico y Venezuela. Increíble.

Y a Pablo le ha llevado de la creatividad al mundo literario. De hecho, acaba de dejar su puesto en la agencia de publicidad para dedicarse al mundo editorial. Y es que no tardaron en lloverle propuestas de trabajo en revistas y editoriales. Con  una de ellas viajó a Noruega, con otra espera viajar a Shangai y mientras tanto, el 13 de noviembre presenta un libro editado por Mondadori Hause: Los acentos perdidos, un cuento para niños. Su primer libro y editado por la casa Mondadori en exclusiva mundial para México. Como para no dejarlo todo.

En su visita a Gasteiz pudimos hablar con él y compartir su visión de los viajes. Una visita que él aprovechó para realizar el camino de Santiago por la ruta Mozárabe. De Sevilla a Santiago en bicicleta. También hablamos de ese viaje y del nuevo libro que ha comenzado sobre anécdotas de viajeros.  Un modo de continuar viajando a través de los viajes de otros viajeros. Su última anécdita recogida la de Luigi Cianti, itailiano que cuenta con el récord de más caminos de Santiago realizados con 32. Así que no perderemos la huella de Pablo para seguir viajando con sus aventuras.