Primera escapada de la era Covid. Primera vez en furgoneta y primeras vacaciones, tras más de en un año dedicado a los cuidados. Había muchas ganas y una apuesta clara: recorrer Asturias entre acantilados y los Picos de Europa en furgoneta. El resultado no ha podido ser más maravilloso. Hasta realicé la conexión en directo con Radio Vitoria/Radio Euskadi desde Lastres con el mar a mis pies y la silueta de los Picos en el horizonte.

A continuación algunas pinceladas de la ruta realizada desde Bilbao. Aunque tan sólo son eso: pinceladas.  Durante esta escapada he vuelto a caer en la cuenta de que lo mejor de los viajes sigue siendo la actitud con la que uno los realizas, la compañía y las ganas de disfrutar, más allá del destino, lo lejos que esté o lo exótico que pueda ser.  

Puesta de sol desde Torimbia y Senderos de la Costa

Los más de 350 km de costa de Asturias tienen en la Playa de Torimbia su máxima plenitud: una playa de arena fina, en forma de concha y a la que se accede por un escarpado acantilado. Aquí pasamos la primera noche. Sobre estos acantilados y aquí disfrutamos de la caída del sol. Una enorme luna le cogió después el testigo y lleno de luz la noche para que pudiéramos cenar viendo la silueta de los Picos con el sonido de las olas de fondo.

Cuenta con tres buenas zonas para aparcar. Y un buen tramo de los Senderos de la Costa para unir la Playa de Torimbia con la de San Aguilar, camino también primitivo del Camino de Santiago y una buena manera de disfrutar de las aguas siempre refrescantes del Cantábrico.  

Ribadesella, Cuevas y Sendero de los Molinos

Otra buena ruta para intercalar con los días de playa y sol es la Ruta de los Molinos en Cuevas muy cerca de Ribadesella y una  manera de asomarse al pasado rural de Asturias y a los húmedos bosques de arces, fresnos y abedules. 9 km de camino circular que abrirán el apetito para un día de sidrería, cachopo y zamburiñas.

De camino a Cuevas, a travesarás en coche La Cuevona, una gran cavidad repleta de estalactitas y estalagmitas denominada como “La lengua del diablo” por la manera de envolverte en la oscuridad a pesar de su gran altura y de los zigs zags de la carretera.

Lagos de Covadonga – Picos de Europa

Los Picos de Europa bien merecen todo el protagonismo de una escapada a Asturias. Desde esta parte de la costa, se pueden acceder desde Cangas de Onis y Covadonga para caminar por sus Lagos: Enol y Ercina. Si el tiempo acompaña puedes estirar la ruta circular de 5 km con la ascensión a alguno de los picos de la zona como el Masquital (1.268 m). A nosotros la niebla no nos dejaba ver más allá de dos metros. Una sensación curiosa: caminar pendiente del sonido de unas vacas que nunca llegábamos a ver y de unos cuervos que tampoco vimos volar.

Senda costera de los Miradores / Muros del Nalón

Entre playas y acantilados, escuelas de surf y puntos para remontar el Sella en piragua, Asturias también te regala un sin fin de paseos cortos llenos de encanto. La senda costera de los Miradores en Muros del Nalón merece mucho la pena para seguir disfrutando del mar con la mochila puesta.  10 km de paseo, entre la ida y la vuelta, y  una gran playa esperándote para refrescarte. El parking de la playa es una buena opción para pasar la noche.

Pueblos con mucho encanto: Lastres y Cudillero

Los pueblos pesqueros que salpican la costa de Asturias son otro de sus grandes encantos. Lastres con sus calles empinadas, sus pequeñas casas de piedra y madera y siempre de cara al mar, hacen que el paseo entre las callejuelas te haga soñar con tener un campo base en alguna de esas terrazas para volver siempre que necesites desconectar así.

Cudillero, lo mismo. Un buen lugar para terminar una jornada y sentarte a una mesa en el puerto para saborear pescado, marisco y sidra a culines.