«Viajando por el mundo he descubierto quién soy: la riqueza más grande de esta vida me la han dado los caminos, más allá del tipo de corbata que yo era como resgistrador de la propiedad«.  Miquel Silvestre lleva cuatro años viajando en moto por el mundo en busca de los exploradores olvidados como Urdaneta, Legazpi y Elcano. Más de 90 países, dos novelas y un centenar de reportajes es el balance de esta nueva etapa en la que ha dejado atrás su puesto como funcionario de élite para ser un viajero profesional en busca de experiencias nuevas e historias. Hoy nos ha visitado en Piedra de Toque para hablarnos de su último libro: La fuga del náufrago; del precio de llevar una vida así y de qué ha descubierto de todos nuestros exploradores. «En mis viajes por Irlanda descubrí que existía un recuerdo vivo de los 25 barcos naufragados de la Armada Invencible y el testimonio directo de uno de los supervivientes como es Francisco de Cuellar totalmente olvidado en nuestro país».

 

«El viaje en moto es un viaje épico que podría ser considerado el heredero de los viajes a caballo de los antiguos exploradores. Permite una gran cercanía con el paisaje y con las gentes de cualquier lugar que puede acercase y tocarte. Te aporta tambien una gran libertad para moverte sin depender de los medios de transporte locales y da una gran emoción. Estas emociones te van cambiando a lo largo del trayecto y aportan muchas posibilidades literarias para escribir después sobre esa transformación».