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Merecida portada hoy en El País a Congo. El avance del general rebelde Laurent Nkunda por el este del país puede extender el conflicto a todo el corazón de África.  Angola ha decido enviar tropas al país  para apoyar al gobierno de Joseph Kabila en lucha contra los rebeldes tutsis, lo que despierta el temor de que Ruanda también se involucre directamente en contra de Kinshasa y en apoyo al lider tutsi Nkunda.

La historia se repite. Entre 1998 y 2003 una intervención similar desató la primera gran guerra africana. Se enfrentaron nueve países y murieron más de 3,5 millones de personas. La ONU ya ha desplegado 17.000 hombres, el envío más numerosa. Sin embargo, para Nkunda suponen una provocación, pues permiten que de los lugares que se marchan ellos se adueñe el ejército al margen de lo que pide la población.

«Las fuerzas de la ONU no están aquí para ayudar a los cogoleños. Todo lo contrario. Son militares, no ángeles. Han venido a defender los intereses de sus Gobiernos», enfatiza el líder rebelde en una entrevista a El PAÍS.

En esa dirección, los intereses de gobiernos de países desarrollados, apuntan varios expertos para encontrar las razones del conflicto. Y es que en la zona norte y este del país se encuentran las mayores minas de coltán, un mineral imprescindible para la industria de móviles, ordenadores, videoconsolas, televisiones, armas teledirigidas, GPS… «Quien controle el coltán controlará nuestras vidas», aseguraba ayer el escritor Alberto Vázquez Figueroa, quien ha vivido 20 años en África, en la contraportada de ABC. «Cada kilo de coltán que se extrae les cuesta la vida a dos niños».

Mientras tanto, el número de desplazados aumenta en el Congo. Cada ciudad en la que se enfrentan los rebeldes con el ejército nacional de Congo, sufre la más dura violación de derechos: asesinatos, violaciones, robos. Para el gobierno los asesinos son los rebeldes, para Nkunda son las tropas militares del Gobierno. Para otros muchos, los intereses cruzados de las grandes empresas que durante años se han aprovechado de la inestabilidad de África para extraer a bajo precio este mineral.

«Hay una cosa que nos enseña la historia: cuando se depende de un solo producto viene la ruina», Vázquez Figueroa

Una realidad que tal vez este verano tenga la suerte de conocer de primera mano.