Cierro la primera etapa del viaje. Tras una semana recorriendo de la mano de Arturo e Inmaculada las aldeas de Buenos Aires y Arena Blanca en el Progreso, Yoro, comienzo nueva etapa en la isla de Utila, paraiso de mochileros y buceadores.

Mi cabeza y corazón todavía siguen en esas aldeas, en sus gentes, en las 17 historias de superación que he recogido tanto con entrevistas, como con vídeo y fotos. Historias del cambio. Espero que den lugar a un espacio web y a un DVD con el que Fundación Niños de Guarataro pueda plasmar el trabajo que aquí realizan como un motor de cambio. Y con el que puedan arrancar más becas para sus jóvenes, para las madres, para los niños. Todo cambio pasa por estas tierras por la educación. Tanto Arturo como Inmaculada bien lo saben. Siete años después de dejarlo todo y venir a Honduras a trabajar, lo han podido comprobar. «No se puede ayudar al que no quiere ser ayudado», «toda ayuda deben conllevar un compromiso», «hay que apostar por las nuevas generaciones, darles las herramientas para que tengan la posibilidad de desarrollar sus vidas, de hacer con ellas lo que quieran». Ya iré editando las historias y ya las iré colgando en el blog.

Ahora estoy en Utila, una pequeña isla del Caribe hondureño. Paraíso de todo mochilero y de todo buceador. Llegué sin brújula. Me la recomendaron y a las dos horas estaba con mi bombona de oxígeno buceando através de aguas cristalinas, con arena blanca en el fondo y junto a peces de mil colores. Una gonzada. Incluso vi a una tortuga enorme nadando en paralelo a mí. Increíble. Hacía tan sólo tres horas que me había ido de la zona rural, de las aldeas en las que los niños no tienen en sus casas ni agua potable,  ni dinero para la escuela. En dos horas me volveré a poner la bombona y sumergirme en una de las paredes de coral de más grandes del mundo: desde Centroamérica a México pasando por Cuba. Y junto a mí un grupo de catalanes que han encontrado en esta esquina del mundo su espacio en la vida. Instructores de buceo, vendedores de artesanía. Otro mundo, otra Honduras.

Pd. No tengo paciencia para subir las fotos. Entre el calor tan pegajoso, la conexión a Internet tan lenta y la cantidad de fotos que llevo en la tarjeta…