Hoy podía haber sido otra mañana triste, de sirimiri. Durante 10 kilómetros viajó un agente de la Policía Nacional por Bilbao con una bomba lapa en su vehículo. El explosivo contenía entre 500 y 750 gramos de pentrita, suficiente para reducir el coche a cenizas. El agente viajó de Zorroza al cuartel de Basauri, tiene 60 años y ya había sufrido un atentado de kale borroka en el 99 contra su domicilio. Había sido destinado hacía años a El Salvador.

Mientras tanto, un agente de la Ertzaintza encontraba en su domicilio otro artefacto casero.

Dos atentados frustrados, el mismo día que el Supremo pone fuera de juego a ANV.